martes, 26 de febrero de 2013

...SOMBRAS ...

Así siento...Y así lo expreso


SOMBRAS

Sombras, sombras que vienen y van;
Existencia efímera.
Y ahí que yo ya muero, como antaño,
a la sombra de la sombra del escaño.
*
Desmarcada línea,
la del que dirán.
Y actúo pensando –no me la darán-
¡Con nívea!
Embadurnada, así me la meterán.

No será, je, ni la última ni la primera.
Que por debajo y por encima,
hoy en la cumbre mañana derrumbe;
Y es quejumbre del qué dirán
mas no escucharán mi pesadumbre.

Que, bien o mal.
Alabanzas, críticas…todo es superficial.
No es el camino, si acaso el del mediocre;
Y ahí pinté yo, cuadros sin colores:
Ahora negro después color ocre.

Merecí otro castigo, otro halago…
más allá del –yo lo valgo-
Pero nada soy, mera palabra
abrazada al calor de la barra
que ni se sustenta pues miente;
nunca creyó cambiar su simiente:
la de aquel que auto-consiente.

Abrazo púes a los recuerdos que guardé
con el momento que ayer tal vez no fue;
el que no será jamás y jamás yo dudé.
Y vuelvo, vuelvo a dibujar sonrisa en un papel
para no olvidar lo que me dejé en él:
Mi inocencia, mis ganas. Y mi arte.

domingo, 3 de febrero de 2013

fragmento de novela en construcción

Vais a permitirme, y yo también, ya que este es mi espacio, mi blog, que os muestre una pequeña parte de mi gran motivo. El hecho por el cual accedo poco aquí, al blog, y desatiendo muchas cosas. no es otro motivo que la creación, ambiciosa, de mi futuro retoño, llámese novela.
Espero os guste este pequeño fragmento que hoy comparto con vosotros.


Antes de vencerme el sueño y quede lejos en el olvido. Antes de que se retuerza el pensamiento. Antes de que todo esto ocurra, he de hacerlo. Y sin aliento me como el mundo. Subo y bajo. Desconcierto es el mayor acierto a semejante situación, parece ser que sí. En medio estoy, nadie parece darse cuenta. Todos siguen a lo suyo. Apocalíptica visión, y yo me agarro. Fuertemente. Quiero desaparecer y no puedo. Quiero hablar pero nada se oye ni se escucha. Dolor. Solo dolor. Y de entre el kaos al fin reina la calma. Leve sonrisa que se escapa de mis labios. Me doy perfecta cuenta de lo que ocurre. Todos se apartan. Me han visto, allá en medio, agarrada a mi muñeca.
Alguno se acerca, lleno de barro. De metralla. Sangre brota de su cuerpo, roja sangre nacional. Y me aparta.  Resulta, nunca fui princesa. Lo sé. Ahora lo sé. Mi sangre es igual que la suya. No merezco mejor trato. Soy de carne y hueso. Sufro río y lloro,  como él. Como todos. Pero no soy tan igual, ni tan diferente. Únicamente un ente. Alguien que piensa, y eso duele. Parece ser que duele. Alguien que ve más allá aun con los pies en el suelo, y que del suelo pretende despegar; Abrir alas y volar a cielo abierto. Que aquí no hay fronteras ni enemigos, no hay nada. Guerra, inútil guerra. No puedo con esto.
Ya vuelven de por donde han venido. Roja sangre nacional acude a su trinchera. Su homónimo al lado contrario y, el resto, toma posiciones. Me ignoran. Trapo blanco que se oculta, sé lo que va a ocurrir. Ni por un instante he de tolerarlo. Me alzo, abro mis brazos en cruz y me alzo. La muñeca, mi muñeca, pendida entre mis alzadas manos, titubeante como yo, reina el cielo. Destella. Luz que me alcanza, cierro los ojos y me lanzo. Locura o heroicidad, no seré yo quien lo juzgue. No estaré aquí para verlo. Y a estas que todo prosigue. Incomprensiblemente no he sido alcanzada. Aun sin atreverme a abrir los ojos sigo. Voy y vengo, como las mareas. Para a delante. Ahora para atrás. Izquierda y derecha. Y sigo sin saber a dónde voy, de donde vengo y adonde iré. Pero sigo, fluctúo. Actúo con el miedo que da el miedo. La valentía del saberse fuerte, pues ya no queda otra. Tiro para adelante a pecho descubierto. A lágrimas viva. Continúo, todo parece alejarse. Sin cruces ni cementerios, creencia entre el polvo y la ceniza. Sin nada. Continúo y continúan ellos, hermanos contra hermanos, se nos cae el mundo. Nada será nada, solo hambre y destrucción.
Pues bien, ya calló la niña, princesa que se hace mujer sin querer. Madura sin madurar. Agrietadas las manos, pulso en descomposición. Nadie repara en eso. Nadie repara en ella. Grito, fuertemente grito. Y de repente despierto, empapada en sudor despierto. La luz de las estrellas. La noche. Todo está ahí, en su sitio. Igual que ayer, que mañana. Acudo a la ventana, balas silban fuera, lejos del alcance de mis oídos pero están ahí. Las siento. Y pido al cielo que cese. Rezo. Lloro y rezo. Solo él puede solucionar lo que nadie sabe. Solo él es capaz de hacer renegar en mi creencia.